Todos los que hemos trabajado en algún momento con servidores en Japón o Corea por citar algunos ejemplos hemos visto que aunque estos tuvieran magníficas conexiones locales, en transferencias hacia/desde Europa raramente presentaban grandes velocidades. Para mejorar este tema y aprovechando el deshielo del Océano Ártico, se ha puesto en marcha un nuevo programa para desplegar un nuevo cable submarino que uniría Londres con Tokio siguiendo la ruta Ártica.

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El llamado Russian Trans-Arctic Cable System (RUTACS) será un cable con una capacidad cercana a los 10Tbit/s que unirá Gran Bretaña con Japón, con conexiones intermedias en Escandinavia, Rusia y llegando finalmente a Japón desde donde partirá a su vez hacia China. De este modo las conexiones se acelerarán reduciendo la laténcia de conexión a unos 76 milisegundos.

Al mismo tiempo otro proyecto llamado Artic Fibre se encargará de reforzar las conexiones Reino Unido - Japón pero esta vez atravesando la ruta del Noroeste por encima de Canada, con un ancho de banda de 6.4Tbit/s y una laténcia de 168 milisegundos.

Todas estas nuevas rutas de datos se aprovechan de la subida de temperaturas y deshielo que permiten a los barcos encargados de desplegar estos cables de atravesar por pasos por los que hasta ahora era imposible navegar y llevar a cabo estos proyectos. De igual manera se aprovecha la reducción de la distancia física y se utilizan rutas mucho menos cargadas de tráfico marítimo que siempre es un riesgo para este tipo de infraestructuras.

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